A Lucien N., anticuario en París, le gusta poseer cadáveres arrancados de su sepultura. En forma de diario íntimo, este coleccionista macabro destila la historia de sus amores necrófilos. A lo largo de las páginas, el inquietante esteta nos arrastra en este infernal ballet amoroso, proyectándonos contra la piel satinada de los muertos de sexo glacial, entre los aromas a flores marchitas, bómbice, cirios e incienso, donde se desahoga su profunda soledad.
Como en los mejores escritos de Edgar Allan Poe o Baudelaire, la prosa de Wittkop va mucho más allá del mero terror gótico para explorar la melancolía en las profundidades más solitarias de la condición humana, obligando a los lectores
a confrontar su propia mortalidad con una intimidad sin precedentes. Esta nueva traducción de "El necrófilo", con ilustraciones de la autora, nos introduce en una obra maestra de la literatura francesa.