A partir de la lectura de autores como Rancière, Beuys, Malabou o Duchamp, esta obra realiza un profundo análisis filosófico sobre el ocio, y por consiguiente acerca del proceso de desarrollo del pensamiento y de la creación. Más que un mero estado de inactividad, recreativo o banal, el ocio se propone como un espacio vital donde la filosofía y el arte aparecen, para todas las personas, como resistencia a las convenciones de productividad y eficiencia impuesta en el modelo actual.