El hombre unidimensional es un análisis de las sociedades occidentales que, bajo un disfraz seudodemocrático, esconden una estructura totalitaria basada en la explotación del hombre por el hombre. La obra se basa en dos hipótesis aparentemente contradictorias. De un lado, Marcuse afirma que la sociedad industrial avanzada es capaz de reprimir todo cambio cualitativo. Por otro lado, parece prevalecer la hipótesis que quiere que en esta sociedad existan fuerzas capaces de poner fin a la represión y de hacer explotar las mortales contradicciones que laten en su seno. La conclusión de Marcuse es de una lúcida desesperación: el sujeto revolucionario no puede estar constituido ni por el subproletariado urbano, ni por los intelectuales, ni por la unión de ambas fuerzas, consideradas hasta hoy como las más progresivas. La solución, según el autor, es ?despertar y organizar la solidaridad en tanto que necesidad biológica para mantenerse unidos contra la brutalidad y la explotación humanas?.