El libro realiza un recorrido que va desde lo menos tangible, los poemas relacionados con en encuentro con la vida adulta, con las emociones que provoca un exilio… hasta lo más físico, el cuerpo. Así, el lenguaje va avanzando también hasta dibujar un campo de batalla. Se narra un conflicto bélico en el que el adversario es interno y, al mismo tiempo, universal. Tan universal como la necesidad de alimento, en sentido literal o figurado. A modo de epílogo, la autora dedica la última parte del libro a una serie de poemas que juegan con los elementos recurrentes en la obra del malogrado artista Pepe Espaliú, como conclusión.