He aquí Rosamond Lehmann, una de las escritoras británicas más distinguidas del siglo XX, autora de ocho aclamadas novelas. Y he aquí «El cisne en el ocaso», su única obra autobiográfica, deslumbrante y estremecedora, en la que recrea con elegancia y precisión el mundo de ayer. Intensas y vívidas instantáneas de su privilegiada infancia antes de la Primera Guerra Mundial: los idílicos juegos en el jardín lleno de misterios, las lecciones de piano, la impresionante biblioteca, las sucesivas niñeras e institutrices (algunas de las cuales se comportaron con inusitada crueldad), y la inocente alegría y complicidad de los hermanos y las mascotas. También esbozos de las experiencias que la convirtieron en una precoz y exitosa escritora, parte de la nueva hornada de jóvenes autoras de la posguerra, experta en rasgar los velos de la reticencia y sin miramientos a la hora de abordar asuntos que entonces se consideraban «poco femeninos».
Con gran delicadeza y hondura, Lehmann relata asimismo la tragedia que sacudió su mundo como madre. Una mañana, un pequeño mirlo con el cuello roto aparece como presagio de la fatalidad: pocas horas después de encontrarlo, la autora recibe una llamada telefónica de su hijo diciéndole que Sally, su hija de veinticuatro años, ha muerto. Tras esta traumática noticia, devastada por el dolor y desesperada por encontrar respuestas, Lehmann vivió una serie de experiencias psíquicas y místicas por completo inesperadas y abrumadoras, que registra escrupulosamente y refiere con extrema finura. El significado de estos acontecimientos, sus mensajes de esperanza y el consuelo que supusieron para ella cierran este breve y prodigioso libro, que trata de la búsqueda de paz y aceptación, y de encontrar aliento y serenidad frente a una pérdida irreparable.