Encontramos pocos ejemplos, en la historia de la humanidad, de minorías que no se hayan mantenido en un estatus de inferioridad: marginadas, discriminadas, asimiladas por la fuerza, perseguidas, y en ocasiones eliminadas físicamente. Si bien la condición de las minorías varía en función de los lugares y las épocas, la constitución de los Estados-nación ha contribuido generalmente a empeorar su suerte..