«Cualquiera que se asome a este libro tendrá la impresión de que lo hace a través del ojo de la cerradura (...). Lo que hay del otro lado son historias trozadas que nos resultan perturbadoras, en parte porque desnudan pasiones, fragilidades, heridas a la vez familiares y extrañas, y en parte porque Gabriela Wiener las aborda con un lenguaje que no se parece a ningún otro, abismándonos a unas realidades que aun cuando parecieran develarse no acaban de entregársenos. Hay en esta poesía algo que nos remite a la ternura y la crueldad de los niños, a la insolencia y el miedo final de los adolescentes y a la infinita soledad que duerme en el fondo de la vida adulta» (Piedad Bonnett).