José y Juana son hijos de la utopía. De pequeños presencian el levantamiento de 1994 y, a través del retrato de su vida adulta, nos asomamos al día a día de cualquier comunidad zapatista. Esta fábula sencilla y bellamente dibujada devuelve magia, bajo el signo de la revolución, a nuestra vida cotidiana y al modo de relacionarnos con la naturaleza.