«Cogí una chaqueta, una brújula y una bolsa de lona con lo imprescindible. Mis botas eran tan sólidas y nuevas que confiaba en ellas. Tomé el camino más directo a París, firmemente convencido de que si iba a verla a pie, ella seguiría con vida.»
En el invierno de 1974 el cineasta Werner Herzog emprende un viaje en solitario de Munich a París donde lo espera Lotte Eisner, historiadora y crítica de cine. Un acto de amor que, según Herzog, serviría para mantener con vida a su gran amiga enferma.
Durante esta monumental odisea el cineasta documenta todo lo que ve: bosques, tormentas, nieve, aldeas desiertas y pueblos deshabitados. El relato se compone de reflexiones sobre la soledad fría y absoluta, sobre el mito del viaje como peregrinación heroica y ofrece una continuidad con su obra cinematográfica haciéndonos testigos del origen de su proceso creativo.
Werner Herzog (pseudónimo de Werner Stipetic), nació en Munich en 1942. Autodidacta, vivió en los Estados Unidos, en Grecia y en África. Es sin duda uno de los mejores cineastas contemporáneos, Aguirre, la cólera de Dios o Fitzcarraldo llevan su firma.