Un niño llega a casa con un pez dentro de una bolsa con agua que le acaba de tocar en la feria. Se va a dormir temprano para disfrutar con tranquilidad de su pez. Al día siguiente, lo despierta el cencerro de una vaca surcando el cielo. Descubre con sorpresa que todo empieza a flotar: los bomberos recorren el cielo en busca de incendios desde las alturas, el cartero persigue su bicicleta que ha arrancado a volar... ¡todo flota! Hasta él mismo empieza a flotar.
Una preciosa metáfora sobre el orden natural de las cosas y la irreductible fuerza de la libertad.