Desde sus comienzos, el Che significó, para miles de personas, la posibilidad de no tener que elegir entre dos espectáculos (comunismo o capitalismo), sino de ejercer un verdadero protagonismo , de encarar el aquí y el ahora sin promesas ni esperanzas. Lo que se cristalizó en torno a Guevara - para aquellos de entre nosotros que íbamos a volvernos guerrilleros de su armada - era que la realidad inmediata y concreta de las situaciones que vivíamos se volvía el eje de nuestra acción. El presenta hacía irrupción con todas sus fuerzas y la vida no era más un medio ligado a fines, sino que adquiría una dimensión de verdad compleja aquí y ahora.