A sólo tres años de su muerte, Johnny Cash (1932-2003) adquiere rango de mito universal con la película En la Cuerda Floja, basada en un crucial pasaje de su biografía. Pero la vida de una leyenda en vida como este gigante de la música country desborda los límites de cualquier aproximación fílmica o periodística, de ahí la relevancia de una obra como Cash: La Autobiografía, recuento personal desde un presente concreto -fue originalmente publicada en 1997- de las vivencias, las personas y los lugares vividos. Y no únicamente su propia vida habita estas páginas de lectura compulsiva, sino también la historia en el siglo pasado de todo un país, Estados Unidos, y sus gentes más humildes y olvidadas, que son las que forman el grueso del público consumidor de música country. Un hombre contradictorio, un enorme artista, nos da la bienvenida a su intimidad en una suerte de relajado monólogo que desmiente rumores y confiesa más verdades de las obligatorias, hasta el punto que uno cree estar escuchando directamente su profundo y resonante barítono. Pero, principalmente, la autobiografía de El Hombre de Negro proyecta amor y gratitud por la vida, una existencia llena de éxitos y pesares. Una vida digna de ser leída.
Johnny Cash (1932-2003) es uno de los pilares en los que descansa la música folklórica norteamericana, y más que eso, un icono de individualismo y rebeldía, el hijo pródigo que ha visitado el infierno de la adicción a la anfetamina y vuelve a casa con el firme propósito de luchar por ser un buen esposo y padre. Descubierto a mediados de los 50 por la discográfica Sun Records de Memphis, Tennessee, Cash fue compañero de Elvis Presley y Jerry Lee Lewis, grabando canciones de éxito como ese «I Walk the Line» que sirve de título original a la película biográfica nominada a los Oscar. Fichado por Columbia, en los 60 se convertiría en toda una institución cultural de su país publicando álbumes conceptuales, himnos gospel, aclamados discos grabados en prisiones e incluso presentando su propio programa de televisión desde Nashville. Desde la satisfacciónde su recuperada fama en los 90, gracias a sus American Recordings -que ampliaron su público entre las jóvenes generaciones del rock alternativo-, Cash rememora ecuánime pasajes oscuros, otros luminosos, y hace las paces con el mundo y consigo mismo.