La pandemia del covid-19 ha acelerado la crisis estructural del sistema
capitalista como modo de reproducción social, que tuvo un punto culminante
en la forma de crisis financiera del 2008. Desde entonces, la quiebra del
sistema capitalista se ha ido manifestando ininterrumpidamente como la
verdadera pandemia: desempleo masivo, empobrecimiento de la población
proletarizada, guerras, migraciones, crisis sanitarias, degradación de la
democracia hacia el totalitarismo securitario, crisis climática y de la biosfera,
etc. Las supuestas soluciones (financieras, tecnológicas, administrativas)
ofrecidas por los diferentes gobiernos son sólo una huida hacia delante en la
reproducción ampliada de las condiciones de crisis. El multimillonario Plan de
Rescate de la UE es un buen ejemplo.
Todo ello supone un emplazamiento a la intervención crítica, antagonista,
que exige un esfuerzo de redefinición de la conflictividad social y de la
confrontación de clase a la luz de las transformaciones inmediatas del sistema
de explotación de la fuerza de trabajo y de la vida, en general, en el marco de
proletarización que reduce cada vez más la condición humana a la de fuerza
de trabajo excedentaria.
Las páginas de este ensayo recogen algunos elementos que pretenden ayudar
a comprender prácticamente la “cuestión social” desde la doble vertiente que
representan, de un lado los límites objetivos de la gestión política y social
de la clase dominante en cuanto a sus planes de reforma, incluidos los de la
izquierda del capital, y de otro la necesaria actualización crítica de ciertas
categorías (trabajo, solidaridad, bienestar, democracia, etc.) a partir de la
conflictividad concreta de nuestras actuales condiciones de existencia.