He aquí un libro que está siendo objeto de un intenso debate a nivel mundial. ¿Es posible cambiar el mundo sin tomar el poder? La respuesta de la inmensa mayoría de la gente de izquierdas sería: ¡NO! Ahora bien, ¿es posible cambiar el mundo desde el poder? Lo cierto es que hasta ahora el mundo no ha cambiado, y las sociedades donde la revolución ha triunfado no han visto cumplidos ni de lejos los objetivos que dicha revolución había trazado inicialmente.
Para John Holloway la conquista del Estado no conduce a la conquista del poder. De hecho, el poder no es algo que pueda "tomarse", ya que no es algo que alguna persona o institución particular posea: el poder reside más bien en la fragmentación de las relaciones sociales. El Estado no es el lugar de poder que parece ser, sino precisamente un elemento en el despedazamiento de las relaciones sociales.
El concepto mismo de revolución ha de cambiar: debemos regresar a él como pregunta, y no como respuesta.