“Hay que aprender a atisbar la luz”, dice Balthus. Atisbar tiene dos acepciones: observar con cuidado y vislumbrar. Estos “caballos que cantan” nos miran desde los extremos de los esos dos significados aparentemente opuestos: a la vez llenos de pausa y de grietas, de preguntas y de deseos, y, siempre, de luz. Y qué maravilla encontrarlos, como a las piedrecitas en el camino, qué suerte poder volver con ellos a casa. Carmen de Pascual Luca de Tena.