El dramaturgo Alberto Conejero pone a Montgomery Clift frente al espejo en un monólogo en el que el actor de Hollywood salda cuentas con su pasadoDías antes de la celebración de la ceremonia de los Oscar de 1961 —la cuarta y última ocasión en la que fue nominado—, Montgomery Clift prepara en un apartamento del Upper East Side su regreso a los escenarios teatrales con La gaviota de Chéjov. Ha decidido escapar por fin de los mandatos de los estudios cinematográficos y de la persecución de la prensa, pero antes tendrá que saldar las cuentas pendientes con el pasado: el accidente de tráfico que rompió su máscara de galán, los fantasmas familiares y el deseo que no se atreve a decir su nombre.
Por esta pieza teatral se pasean algunos de los dioses caídos del Olimpo de Hollywood (James Dean, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Marlon Brando) desde la mirada lúcida y alucinada del propio Clift.
¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift? se presenta ahora en nueva versión, con prólogo del cineasta y dramaturgo Jota Linares.