Este abecedario juega con las letras y las acciones; se aproxima a los verbos, los merodea, degusta, experimenta. Es, también, un ensayo filosófico para llevar en el bolsillo y tener siempre al alcance de la mano. Vir Cano borronea sus apuntes en desacato ante lo dado, como quien se arriesga a la apuesta de hablar, de decir, de dejarse tomar por las palabras, allí donde ellas son refugio y trinchera, terreno y delirio, placer y peligro.