No se puede pasar por alto la categoría de biopolítica al intentar interpretar los grandes acontecimientos que sacuden al mundo: la cuestión del bíos está en el centro de todos los recorridos políticos significativos. Si es cierto que la biopolítica reviste extraordinaria importancia, no es menos cierto que el concepto está atravesado por una profunda incertidumbre semántica, que lo expone a interpretaciones diversas y encontradas. Permanece irresuelta la pregunta inicialmente formulada por Michel Foucault: ¿Qué hace que la política de la vida termine por acercarse inexorablemente a su opuesto?
En la búsqueda de respuestas, Roberto Esposito no sólo examina, por vez primera, escansiones y antinomias de la génesis moderna de la biopolítica, sino también su extrema inversión tanatopolítica: el nazismo. Oponiéndose a la remoción que realizó la filosofía contemporánea, el autor propone que sólo una confrontación con los dispositivos mortíferos del nazismo brindará las claves conceptuales requeridas para afrontar el enigma de la biopolítica e intentar su reconversión afirmativa. Hace falta pensar la inversión del biopoder nazi. Es preciso desarticular el vínculo que enlaza vida y política de una manera destructiva para ambas, sin olvidar su implicación recíproca. Con este objetivo, Esposito se sitúa en un amplio escenario analítico. Hobbes y Spinoza, Heidegger y Arendt, Nietzsche y Deleuze son algunas de las grandes referencias que el autor desgrana, para enfrentar de modo intenso y original una de las cuestiones decisivas de nuestro tiempo.