Esta obra representa un hito en la revolución lingüística de la segunda mitad del siglo xx. Con sus aportaciones a la estructura léxica y sus análisis del panorama histórico y actual de la lingüística constituye una referencia obligatoria en su campo.
A mediados de los años cincuenta y partiendo en buena medida del Massachusetts Institute of Tecnology, se desarrolló un nuevo enfoque de la teoría lingüística y del estudio de la estructura de las lenguas particulares, que divergía en muchos aspectos de la lingüística moderna. Aunque este enfoque está en conexión con el estudio tradicional de la lengua, en sus objetivos generales y conclusiones específicas sobre la estructura de la lengua es lo bastante diferente para merecer un nombre aparte: la "gramática generativa" o, más específicamente, la "gramática transformacional generativa". En el curso de las investigaciones se descubrieron varias deficiencias en las primeras tentativas de formular una gramática generativa y en el análisis descriptivo de las lenguas particulares, pero también se mostró que estas formulaciones se podían extender y profundizar de manera fecunda.
En esta obra, Chomsky pone énfasis sobre todo en la sintaxis, el componente formativo capital de la gramática. La primera parte de la obra ofrece una definición nueva y más clara de la propia teoría de Chomsky y señala cuidadosamente sus conexiones y divergencias con respecto a las investigaciones lingüísticas del pasado. También subraya el impacto de las conclusiones más recientes sobre cuestiones cruciales de la filosofía y la psicología, criticando desde una posición racionalista las diversas modalidades del empiricismo y conductualismo.