Un libro en el que las bellas artes y la gastronomía son sabrosos condimentos del plato fuerte: el humor.
Benjamin Chaud sienta a la mesa a los grandes maestros del arte para hacerles dialogar con desopilantes y cotidianas escenas, propias de esos templos de la gastronomía en que se produce el intercambio humano y, por ende, todo puede suceder: los restaurantes.