Cervezas calientes, vespinos, tiempo muerto sobre la arena blanca de la playa... Un verano inacabable y pegajoso en algún lugar de la costa malagueña y la sensación de que nada bueno va a salir de la adolescencia marginal de Bruno, quien narra las aventuras propias y las de su grupo de amigos. Y aunque su padre le repite que deje los cómics y las novelas y se matricule en derecho, lo cierto es que ni sus progenitores ni los amigos que éstos frecuentan predican con el ejemplo, y Bruno deberá decidir su futuro sin contar con la familia.