En el presente que vivimos, donde el
capitalismo voraz engulle cualquier esperanza de los de abajo por cambiar el
mundo, se hace más urgente que nunca partir de Gramsci para tomar impulso,
heredar su espíritu y actualizar su filosofía.Tomar impulso
desde Gramsci supone adoptar una postura crítica frente a las contradicciones
que impregnan el tiempo presente y liberarse de la pereza e indiferencia de
quienes viven pasivamente los acontecimientos como si fueran el producto de una
necesidad histórica inescrutable. Heredar su espíritu significa metabolizar su
conciencia infeliz y no reconciliada, ejercitar la pasión duradera por un
futuro más justo, perseguir una felicidad superior y enarbolar el valor de la
política. Actualizar su filosofía es recuperar un humanismo radical que,
haciendo del ser humano el libre creador de su mundo, tenga como objetivo
redimir el dolor de los humillados y ofendidos. Partir de Gramsci entraña, en
suma, combatir en nombre de una humanidad más justa y por una sociedad menos
indecente.En Antonio Gramsci. La
pasión de estar en el mundo, Diego Fusaro presenta un marco general
impresionista de la figura del intelectual sardo y nos invita a heredar y
actualizar su pensamiento.