"Durante miles de años, las visiones transmitidas
por los hongos alucinógenos han sido consideradas y reverenciadas
como auténticos misterios religiosos. Gran parte de mi tiempo durante
los últimos veinte años ha estado dedicado a contemplar y
describir este misterio. Celosamente custodiado por ángeles
caóticamente
enjoyados -'Cada ángel es terrible,' escribió Rilke, y al
mismo tiempo sagrado y profano- el hongo ha surgido en mi vida de la
misma
forma en que pudo haber surgido en un futuro de la historia de la
Humanidad.
He escogido un estilo literario para contar esta historia. Un misterio
viviente puede tomar cualquier forma -es maestro del lugar y del
espacio,
del tiempo y del espíritu- aun así, mi búsqueda de
un método simple para revelar este misterio me ha hecho seguir la
tradición: escribir de forma cronológica una historia que
es a la vez verdadera e increíblemente extraña.
"A principios de febrero de 1971 pasaba por el sur de
Colombia con mi hermano y unos amigos de camino hacia una expedición
por la Amazonia colombiana. Nuestra ruta nos llevó a través
de Florencia, capital de provincia del Departamento de Caquetá.
Pasamos allí algunos días, esperando un avión que
nos llevaría a nuestro punto de embarque en el río Putumayo,
un río cuya vasta extensión constituye la frontera entre
Colombia y sus dos vecinos del sur, Ecuador y
Perú..."
- Terence McKenna