¿Cómo es posible que el neoliberalismo y sus
instituciones se apliquen afanosamente en propagar
un arte social y participativo, un arte creativo y original, incluso un arte
crítico? El activismo cultural del neoliberalismo es inagotable y el arte
contemporáneo es un lugar idóneo para entender cómo funciona. Alta cultura
descafeinada indaga desde una perspectiva
crítica en la despolitización del arte en las últimas décadas. Ofrece una
crítica directa a esos procesos destinados a recuperar y reinsertar prácticas
en otro tiempo disidentes y que, sin embargo, se nos presentan hoy como yermas,
inocuas y descafeinadas de consenso. Si el neoliberalismo carece de centro, si
se mueve tanto dentro como fuera de las instituciones, es porque posee la
virtud de fagocitar y nutrirse hábilmente de cuanto lo rodea, incluso de
aquello que está destinado a cuestionarlo. Alberto Santamaría analiza la
despolitización de la vanguardia en el arte de ese activismo cultural
neoliberal que nos rodea y nos urge a reubicar la cultura como herramienta
emancipadora en la batalla ideológica.