A los que sienten que el final de una civilización no es el fin del mundo;
A los que ven la insurrección, sobre todo, como una brecha dentro del reino organizado de la necedad, la mentira y la confusión;
A los que adivinan, detrás de la espesa niebla de «la crisis», un teatro de operaciones, maniobras y estrategias -y por tanto la posibilidad de un contraataque;
A los que asestan golpes;
A los que acechan el momento propicio;
A los que buscan cómplices;
A los que desertan;
A los que aguantan con firmeza;
A los que se organizan;
A los que quieren construir una fuerza revolucionaria, es decir: revolucionaria porque es sensible;
Esta modesta contribución a la inteligencia de este tiempo.