Con la ayuda de su hija, una mujer nonagenaria trabaja obstinadamente en la redacción de su obituario. Quiere que contenga la información exacta, y que incluya algunos detalles biográficos que lo hagan destacar entre el resto de los obituarios del periódico local de New Hampshire, el pequeño pueblo donde ha residido gran parte de su vida. Llevan ya varios años trabajando en ello y han acumulado muchos borradores. Ahora, aislada por culpa de la pandemia, le preocupa no poder terminar su proyecto a tiempo. Por suerte aún les queda el teléfono, con el que madre e hija pueden seguir hablando y reconstruyendo su historia y las particularidades de su día a día.