Pasará mucho tiempo antes de que otra biografía coseche tan encendidos elogios como los obtenidos por esta obra definitiva (el adjetivo no es por una vez hiperbólico) sobre la fulgurante ascensión y la apoteósica decadencia de un cantante ya instalado en la mitología popular contemporánea. Basten dos muestras extraídas del New York Times: «Un triunfo del arte biográfico [...] un libro profundo y conmovedor» (Stephen Wright); «hagamos un poco de ruido [...] la mejor biografía jamás escrita sobre una estrella del rock» (Gerald Marzorati). Incluso el huraño Bob Dylan ha abandonado su guarida para unirse al coro de apologistas: «[Elvis] parece salir de estas páginas, notamos cómo respira; este libro anula todos los demás».
Tras una meticulosa investigación, Pete Guralnick afronta las luces y las sombras de Elvis para devolvernos a la persona silenciada por su máscara y rescatar la realidad sepultada bajo el templo de la idolatría. Guralnick no juzga ni declama: se limita a mostrar los hechos con apasionado rigor o con piadosa objetividad sin caer jamás ni en la crueldad exhibicionista ni en el sentimentalismo devoto. El resultado es un retrato magistral del individuo y de la sociedad que lo elevó a los abismos del trono.