Creemos en una Red revolucionaria, capaz de destituir las jerarquías establecidas en pro de una participación amplia, difusa, popular. Creemos en la circulación gratuita de los contenidos en contra del predominio de los carteles mediáticos y los obsoletos detentores de copyright. Creemos en todo esto, y sin embargo, Red abierta no significa Red libre, pues es propiedad de unos pocos, poderosos amos. La libertad no es gratis, cuesta muchísimo, la gratuidad es una trampa que nos lleva a la exposición máxima de sí. ¿Red libre y democrática? ¿En manos de quién están los datos de los ciudadanos? ¿Cómo se utilizan? ¿Y cómo se puede invertir la tendencia a la delegación tecnocrática? El objetivo de las tecnologías de la dominación es liberarnos de la libertad, de la fatiga de elegir.