Este libro propone una revisión crítica del proceso de construcción de áreas culturales en la antropología a partir de estudios de caso en distintos lugares del planeta. A través de estos ejemplos señalamos la importancia de situar los contextos de producción científica y sus efectos sociopolíticos a la hora de pensar la humanidad y sus divisiones. Los estudios empíricos, de América, Europa, Norte de África, Oriente Medio y Asia, recorrerán relaciones coloniales y ostcoloniales, imbricaciones disciplinarias, intereses geoestratégicos y espacios de aplicación de dichasáreas, que van desde las catalogaciones utilizadas en los museos a las políticas de integración de las poblaciones indígenas. La noción de área cultural como sistema de clasificación se implantó en Estados Unidos, pero surgió a la luz de debates intelectuales sobre la propia definición de cultura y los criterios y contenidos específicos de las áreas y sus fronteras, desde tiempos de Franz Boas. Este trabajo colectivo revela el proceso de constitución de unos paradigmas que devinieron hegemónicos, sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial