TRAS una dramática crisis interior, una noche tempestuosa de primeros de octubre de 1892 en Génova, el joven Paul Valéry (Sète, 1841 -París, 1945), en vísperas de cumplir 21 años, renunciará a la literatura para consagrarse a la vida del espíritu, a su yo puro y al rigor del intelecto. Veinte años después, en el invierno de 1912, instado por su amigo André Gide a que reúna y publique sus antiguos poemas, se reconciliará con el arte de hacer versos. Fruto de ello serán La Joven Parca (1917), Álbum de versos antiguos (1920) -recopilación de sus composiciones escritas entre 1889 y 1890, entre las que destaca "Narciso habla", el más bello poema de su etapa simbolista- y Cármenes (1922), su obra cumbre y última en poesía.
Valéry siguió trabajando los poemas del Álbum para ediciones posteriores. La que el lector tiene en sus manos se corresponde con la de 1931, la definitiva.