Narrativa
Isbn: 9788493711016
Editorial: Impedimenta
Colección: Impedimenta
Fecha: 05 / 2009
Precio: 16.95 €
Fuera de stock
«En realidad, ¿a quién le apetece casarse?» Víctor es un joven bastante cándido cuya vida se reduce a dar paseos bajo la luna y a asistir a comidas campestres. En sus ratos libres, sin embargo, se siente profundamente desgraciado. Haciendo gala de un temperamento sublime, jura un día que nunca se casará. Entonces, por sorpresa, recibe la noticia de que ha de viajar junto a su anciano tío, al que no conoce y que lleva años recluido en una remota isla en medio de un lago sumergido entre montañas tenebrosas. Será en ese lugar, poblado por seres que parecen sacados de un sueño, donde el joven Víctor hallará un sentido a su existencia.
El solterón, traducida por primera vez al castellano, constituye un viaje iniciático de la adolescencia hacia la madurez, y una confrontación entre la libre e irrefrenable juventud y la aislada y solitaria vejez.
Narrativa
Isbn: 9788417143404
Editorial: Editorial Pre-Textos
Colección: Narrativa Clásicos
Fecha: 10 / 2018
Precio: 35.00 €
Fuera de stock
«De niño, además de varas, arbustos y flores, que me procuraban gran deleite, llevaba también a casa otras cosas que casi me complacían más porque no perdían color ni consistencia tan rápidamente como las plantas, y eran todo género de piedras y de objetos que veía por tierra. Cuando tenía tiempo, ponía mis tesoros en fila, los contemplaba y me deleitaba con ellos. Mi admiración no tenía límites sobre todo cuando una piedra brillaba, resplandecía y parpadeaba de manera que no se podía averiguar de dónde venía aquello. Ese amor al coleccionismo aún no me ha abandonado. Todavía hoy, no sólo llevo literalmente en el bolsillo piedras a casa para dibujarlas o pintarlas y para seguir utilizando sus reproducciones, sino que presento aquí para la juventud una colección de todo tipo de entretenimientos y fruslerías que les sirvan de diversión y que ellos contemplen y disfruten a su manera. Claro, mis jóvenes amigos han de ser para esta colección notablemente mayores de lo que era yo cuando llevaba a casa mis extrañas piedras del campo para deleitarme con ellas.»
Adalbert Stifter