Uso de cookies

Utilizamos cookies propias de sesión, conforme a nuestra política de cookies. Si continúas navegando, aceptas su uso.

  • Rodríguez López, Joaquín

  • Los futuros del libro. Edición 2.0

    Los futuros del libro. Edición 2.0

    Filosofía
    Isbn: 9788496614338
    Editorial: Editorial Melusina
    Colección: Circular
    Fecha: 09 / 2007
    Precio: 12.00 €
    Fuera de stock

  • El potlatch digital

    El potlatch digital

    Autonomía
    Isbn: 9788437628837
    Editorial: Ediciones Cátedra
    Colección: Teorema. Serie Mayor
    Fecha: 09 / 2011
    Precio: 17.00 €
    Fuera de stock

    En el año 1968, Garret Hardin publicó en la revis­ta «Science» un artículo determinante, «The Trage­dy of the Commons», en el que reflexionaba sobre la dificultad de la gestión de los bienes y los recursos comunes y sobre el peligro al que estaba expuesta su subsistencia. La Premio Nobel de Economía Elinor Ostrom pasaría la mayor parte de su vida profesional investigando, precisamente, sobre los mecanismos de la acción colectiva y la gestión solidaria del proco­mún, intentando inferir de las buenas prácticas al­gunas características estructurales comunes. Con la in­vención de Internet y la digitalización del conoci­miento, resurge con vigor en versión digital el pro­blema analógico precedente: ¿cómo pueden surgir y autogestionarse comunidades online cuyo propósito es la generación de conocimiento compartido? Es decir, ¿cómo puede y debe gestionarse el procomún digital, el «digital commons»? Wikipedia ofrece un ejem­plo prototípico y floreciente de la construcción de una comunidad que consensúa sus políticas, esta­blece sus mecanismos internos de reconocimiento y orga­niza sus dispositivos de control y vigilancia, todo sin que circule efectivo de ninguna clase. El caso del «potlatch» canadiense nos sirve para comprender cómo en determinados contextos y circunstancias es nece­sario desprenderse del capital que se posee para que la comunidad lo devuelva y lo reintegre en forma de reconocimiento y renombre; cómo en determinados contextos culturales, la especie de capital que circula no es monetaria, sino simbólica, en forma de repu­tación y popularidad, y la lógica de su acumulación exige ser desinteresado para generar otra forma de interés. Así funcionan algunos de los casos más co­nocidos de Internet y así se ha convertido la Wikipe­dia en un caso del triunfo de la gestión del procomún y el conocimiento compartido.