Júpiter Osorio de Castro, renombrado empresario en el ámbito de las eléctricas, ejerce su poder sobre todo lo vivo para no perder su lugar de privilegio en el olimpo de su tierra gallega. Como patriarca actual de una destacada saga familiar, iniciada a finales del siglo XIX, y destacado promotor de las macro instalaciones eólicas en el noroeste peninsular, persigue la creación de su propio “sistema planetario”, compuesto por sus cuatro hijas, las galeanas, Io, Europa, Ganímedes y Calisto, víctimas de la imponente magnetosfera del padre-patrón, como también lo son los seres de las especies que conforman los territorios afectados por sus colosales proyectos. Ejercicio de dominación que aplica, sin descanso, desde su Pazo de As Ínsuas. Pero Galicia, tierra de viejas cumbres redondeadas y de carballeiras atlánticas, es también el territorio de Nyctala, una murciélaga que siente su vida en riesgo conforme ecolocaliza en sus trayectos de altos vuelos una especie de “árboles”, que hasta entonces desconocía, de extraordinaria altura y escasas ramas, en movimiento más o menos constante. Marta, ambientalista y ecofe