Woody Allen, Joaquín Reyes, Sofia Coppola, Robert DeNiro, Mel Gibson, Lola Flores, Leonardo Dicaprio, Frank Miller, la familia Lennon, Spiderman, los Rolling Stones, Homer Simpson, George Clooney, Julio Medem, Robert Rodríguez, Harry Potter, la cocina moderna, la cultura indie, la siesta, los fantasmas, el orgullo gay, los singles, el sexo, las cenas de empresa, las piscinas, el brunch, los chiquiparques, la guerra, los perros, el circo, los toros, los Transformers, los helados o el pop son algunas de
las presencias y fenómenos que recorren estas páginas.
Darío Adanti y Jordi Costa -o lo que es lo mismo (o casi): el Ilustrador Che-Qué-Loco y el Mostrenco Articulista- vuelven a sumar sus fuerzas para culminar, con este libro, su Trilogía Mostrenca. Recopilación de la serie de artículos publicados cada semana en La Última del suplemento On Madrid (del diario El País) entre el 13 de octubre de 2006 y el 16 de noviembre de 2007, "Monstruos Modernos" es una crónica dispersa de los fenómenos del ocio, tanto naturales como sobrenaturales, avistados desde la atalaya provisional de una capital con un pie en lo rancio y el otro en lo intangible. Este libro podría equivaler, en el repertorio de Adanti&Costa, a su "commercial album" o a su pieza de teatro de "boulevard": en suma, su delicado gesto de amor al público mayoritario, su particular idea de obra para todos los gustos y para todos los públicos. O su mirada sobre el "mainstream". En otras palabras: este libro nace de su deseo de pertenecer a ese club que jamás les admitiría como socios.
"Del miasma primigenio del Madrid proto-friki, Darío Adanti y Jordi Costa emergen como cronistas
compulsivos de una evolución sin garantías. La pregunta esencial, tan lejos de Descartes, parece ser
si la calva de Bruce Willis es símbolo o estigma del hombre moderno. Este espacio de reflexión contemporánea es privilegio del subconsciente, pero rara vez de la crónica. Cual episodio de 'Los Simpson', la transición encierra la magia: ese pasar de un tema a otro, de la persecución al gag, de la confesión al insulto y luego, sin esfuerzo aparente, a la revelación espiritual". Del prólogo de Guillermo del Toro